CURSO DEL 63 (ANTENA 3)
Los anuncios del programa tenían buena pinta y no me defraudó, me lo pasé como los enanos, me recordó un poco a mi tierna infancia, aunque en mi cole no eran tan severos, pero la cosa se aproximaba bastante, sólo eché de menos una cosa y es que en vez de 20 elementos subversivos, hubiera 200. Un poco de educación y respeto sí les hace falta a unos cuantos.
A ver si soy capaz de poneros al día con un poquito de orden.
En el reality este, hay 20 jóvenes, lo mejorcito de cada casa, cuya única pretensión en la vida es maquillarse, ir de tiendas, de juerga y al gimnasio, de lo demás "ná de ná", la cultura, la educación y el respeto brillaba por su ausencia.
Lo primerito, nada más llegar, uniforme y acicalamiento de acuerdo a la época. Fuera piercings, maquillaje y demás adornos superfluos. Ahí empezaron los primeros problemas.
Carmen: que según su madre tiene muy mal genio, llevaba 18 piercings y montó en cólera cuando le dijeron que se tenía que quitar uno del cuello, y además llevaba otro en el pezón que: "se le iba a enganchar, con las flores del sujetador".
Pero alma cándida, que coño se te va a enganchar nada con esos sujetadoes ortopédicos que os han dado, porque la ropita interior se las traía, y más simple que el mecanismo de un chupete.
¿Dónde has visto tú las flores?.Por Dios que le den las gafas, modelo Barragán, como a su compañero, porque las cuerdas vocales las tiene divinas, pero la vista...
Mientras está esperando a que le quiten el piercing, le comenta al nuevo compañero que a "esa tía le doy una ostia, que ya me han expulsado dos veces del instituto por pegar a mis profesores".
Que bien, sentirse orgullosa de ésto, que pena me das, dos ostias te tenían que haber dado a ti hace tiempo.
Momento peluqueria: ahí hubo gritos, lloros y abandonos. La de las trenzas, poco menos que se muere del susto, ¡coño hija! que eso se arregla con una extensiones. El primer abandono lo protagonizó Kevin, que necesita 30 minutos para arreglar su pelo, y él por su pelo MA-TA. Lo mejor del asunto es que a sus padres les parecía estupendo que abandonara por su pelo.
Madre mía ¿a dónde vamos a ir a parar?.
Momento comida: Aquí hubo protestas de todo tipo, y (eso que les pusieron unas lentejas), pero la palma se la llevó Gema, que según su madre: "no come nada de nada". Interesante la reacción cuando les llevaron de picnic, la merienda era pan con leche condensada. Buaah, ¡qué envidia!, conozco poca gente a la que no le guste la leche condensada. Pues después de pasar más hambre que un caracol en lo alto de un timbre, todavía se permite el lujo de decir que engorda. Anda bonita que no vas a pasar tú hambre ni nada, ya comerás ya.
Momento clases: bueno ésto ya fue para despiporrarse, esos libros que pululan por ahí sobre burradas de los alumnos, son como un prospecto con el panorama que había por allí. 7X8 son 57 de toda la vida de Dios, y encima el chico lo decía todo convencido como si la errada fuera la profe, pero el tema de geografía no fue mucho mejor, Zamora pertenece a Badajoz, y Lugo a Castilla y León, ¿serán cosas de las nuevas autonomías?, es que en el 63 estaban en otro sitio.
La clase de música no fue mucho mejor, a Joshua se le ocurrió decir que para la coreografía que tenían que hacer "las chicas podían enseñar los pechos". La que se lió fue de época, al niño lo expulsaron de la clase, y la falta de respeto, improperios y demás burradas que le dijo al prefecto fueron apoteósicas, lo mejor, la reacción del papá de la criatura: "la reacción de mi hijo ha sido de templanza, si voy yo, le pego dos ostias".
Eso, con alegría, dale la razón a tu hijo que cuando te dé dos ostias a ti vas al juzgado a denunciarlo porque no puedes con él.
Para sustituir a Kevin, entró Alejandro, y en el momento de cumplir el castigo que les habían impuesto a los chicos, Aroa soltó por su boquita una serie de improperios dedicados a la condición sexual del chico, entre ellos le llamó "maricón de mierda". Por supuesto, Alejandro se puso histérico y se lió la de San Quintín, la reacción de la madre: "No es para tanto, es una forma de hablar". Eso eso, inculcando tolerancia desde casa. ¿Cómo vamos a pretender que la gente mayor entienda a los gays, cuando una niña de 18 años es así de intolerante?, y como digo yo siempre, la educación se aprende en casa, si en casa son intolerantes, no se puede pretender que los hijos sean tolerantes. ¡Qué lástima me da esta gente!, como si ser gay fuera un delito, o una malformación o un apestado. Lo siento mucho, pero este tema me calienta, son PERSONAS como los demás y punto.
Ya para dar la nota de humor después del caletón, en este programa nos han hecho un homenaje, el supervisor de noche se llama ni más ni menos que: Ildelbrando. Ahí queda eso, habrá que buscarle un día.
Tatatachán...